¿Qué sería de estas fechas en la escuela sin el Festival navideño?
Sin esos ensayos continuos, sin esos nervios de última (y de primera) hora. Sin esxs niñxs que justo el día del festival no quieren bailar. Sin esxs otrxs que lo hacen incluso en las canciones de los demás. Sin esas madres y esos padres. Sin esas abuelas y esos abuelos. Sin esas tías y esos tíos. Sin esos fallos de música. Sin ese altavoz que no funciona hasta el último momento. Sin esos sudores que da la fama con esos focos alumbrándonos. Sin esxs presentadores increíbles que guían la gala de manera sublime. Sin esos aplausos… desde luego que sin esos aplausos no tendría sentido hacer todo esto.
Porque lxs niñxs lo hacen pensando en que vosotrxs vais a estar ahí, sonriendo y aplaudiendo, casi sin pestañear. Cuando estamos ensayando y les decimos «recordad que estarán viéndoos» entonces, se atusan las camisas, carraspean y sacan lo mejor de sí mismxs, toda esa energía que dicen que tienen lxs niñxs canalizada a brillar sobre el escenario.
Hay que decir que algunxs han sacrificado gran parte de sus recreos por ensayar una y otra vez esa coreografía complicada. Han dejado de correr (porque ahora por fin ya tenemos patio…) por bailar todxs a una. ¿Hay mejor manera de unirse, que una coreografía bien ensayada?
El resultado: ¡espectacular chicxs! ¡BRAVO, BRAVÍSIMO!
Y si quieres el folleto del programa oficial de actos del Festival de Navidad, aquí lo tienes.
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